lunes, 18 de marzo de 2019

Entre sueños y bongos

Resultado de imagen de sueños tumblr

Entre ella y yo existía una gran diferencia entre tantas otras,
yo solía hablarle desde lo externo y ella hablaba desde su interior,
cada día me platicaba sobre sus sueños,
lo que me impresionaba de aquel acto cotidiano al decirme "¡Adivina qué soñé!"
era la espontaneidad con la que narraba la historia, 
los sentimientos desbordaban por sus cabellos, 
y sus ojos te hacían creer que ella había estado allí,
más que sueños parecía que me contara anécdotas.

Nunca entendí como cada día tenía un nuevo sueño que contarme,
yo no podría hablarle de algo tan intimo,
porque para empezar, no solía soñar mientras dormía.
Así que, cuando hablaba de mí, me tocaba quedarme con aquellas cosas superficiales de mi diario vivir,
qué hice durante el día, a quién me había encontrado, lo que me dijeron en la universidad, cosas así, asuntos superficiales.

Un día platicábamos sobre música,
así como amaba narrarme sus sueños, le gustaba cantarme,
otro punto donde eramos muy distintos,
ella siempre fue romántica y tenía inclinación por aquellos instrumentos que ya sabes...
te permiten ser cursi de una forma más fluida, el piano, el violín, esas cosas.
Yo en cambio siempre sentí fascinación por la percusión,
ella sonreía cuando le decía que siempre había querido tener un par de bongos
y me decía con cara incrédula "¿Y por qué no los compras?",
mi respuesta siempre fue "No sé, algún día lo haré".

Los días pasaban y cada día hablábamos menos, 
de mí parte, ya no encontraba fascinación en contarle una y otra vez qué había hecho durante el día,
a quién me había encontrado o qué me dijeron en la universidad, 
y supongo que ella poco a poco se fue cansando de llevarme a ese mundo de sueños al que no podía ir,
y yo no podía invitarla. Un día ya no hablamos más.

Mis días se llenaron de conversaciones con nuevas personas,
que me contaban de sus gustos y me hablaban de su día,
sentía gran comodidad en encontrar gente que me compartían lo mismo que estaba dispuesto a dar,
pero un día, en medio de una de las mejores conversación de esa semana, 
miraba a la chica, que me perdone por olvidar su nombre, contarme sobre lo mucho que le costó encontrar el vestido que lucía aquella noche,
y por más que aquella historia era real y que definitivamente había estado toda la tarde recorriendo tiendas,
sus ojos no me decían que había estado allí y no me llevaban a esa intimidad.

Después de una semana sin poder dejar de pensar en ella y en sus gestos,
un día la encontré y me atreví a confesarle aquello que no imaginé decir algún día
"¡¿Adivina qué? Ayer soñé con los bongos!".


Martha Rojas







viernes, 9 de febrero de 2018

Baciami le mani, mentre io ritorno a te


Bésame las manos, que el camino será largo.
Bésamelas, y lamelas,
déjame bañarme en tus recuerdos
y amanecer mojada de ti.

Bésame las manos, que el tiempo será extenso.
Bésala que mis dedos necesitan guardar tu cariño,
que jugaré conmigo a pensar que los enredo en tu cabello,
mientras ellos me recuerdan el camino de tu lengua hasta mi sexo.

Bésame las manos, por favor, bésalas, que ya tengo que partir.
Que no importa si nos separarán millas,
mis gemidos seguirán perteneciendo sólo a ti.

MARTHA ROJAS


sábado, 27 de enero de 2018

Mujer oceánica



Como quien se sube por primera vez en una montaña rusa,
Me amarro con todas mis fuerzas sobre tus caderas,
Y entonces siento que el motor se enciende
y entiendo que es el momento de darle la bienvenida a la adrenalina. 
Comienza el movimiento y nos desplazamos, 
y en ese instante contraigo mis músculos, 
siento el vértigo del ascenso, y la sensación de acercarme a lo desconocido. 
Me atemorizo, así que en mis pensamientos recurro a los lugares que me llenan de paz y me siento oceánica.
Ahora soy una ola,
Una ola próxima a romperse en tu orilla.
Entonces viene el descenso, y el recorrido de mis sales se extiende desde mi mejilla hasta tu ombligo. 
Entonces no soy lágrimas, soy mar, soy vida.

MARTHA ROJAS

El nombre de las cosas





Alguna vez me pregunté el porqué del nombre de las cosas, 
el origen de las palabras,
el significado de los lugares.
Pensé, en que alguien a 200 kms de aquí ignora que la esquina de la calle 22 de mi ciudad
ha sido testigo de mis encuentros pasionales.
Yo ignoro, que allá exista una calle 22, o quizás sea la calle 54 o a lo mejor no tenga nombre. 

Alguna vez me pregunté por el nombre de las cosas,
entonces te conocí y descubrí como te llamabas,
pensé en lo mágico que era el juego del abecedario,
en que 6 letras conformaban tu nombre, 
y luego 3 de ellas se iban danzando hacía el mío
y mira que coincidencia, 6 letras también conforman mi identidad,
Y me di cuenta que mi nombre empieza con la palabra mar.
Y fue cuando comprendí,
en el momento en que nuestro sudor y salivas se mezclaban,
que mi nombre era el reflejo de la humedad
que llovería en mí al primer contacto contigo.


Alguna vez me pregunté por el nombre de las cosas, 
pero entonces ya no tenía sentido, 
porque en mi vida todas las cosas empezaron a llamarse como tú.


 MARTHA ROJAS

viernes, 24 de noviembre de 2017

Metáforas elementales.



Él me decía que no expresivo,
pero anoche jugamos a que él era el verano 
y yo era una cometa,
y en la amplitud de su cielo, 
mis movimientos coincidían con el vaivén de sus vientos. 
Luego mi cuerpo se convertía en un columpio 
en el que me mecía hasta el punto máximo 
donde se alcanza el vértigo 
y se disfruta del descenso. 
Nos transformamos en olas,
en olas fuertes que golpean la orilla 
y convierten la quietud en espuma.
Reíamos como chiquillos que disfrutan mezclar la plastilina 
porque la esencia no está en conservar los colores 
sino en crear nuevas formas. 
Éramos la expresión de lo que significa la palabra vida, 
yo era una pasajera que ocupaba el primer vagón del tren 
y se perdía en la profundidad de sus túneles.
Entonces entendí lo bello de sus metáforas, 
cuando me decía que no era expresivo 
pero incendió mi alma con un poema palpable 
en el que comprendí la esencia de los sentimientos.


MARTHA ROJAS

La aerolínea lo ha logrado.




Cinturón amarrado, las cosas en su lugar. - Nos dispondremos a despejar,  esperamos que disfrute su vuelo - dice el piloto. Suspiro, inhalo y exhalo, esto de tener alma viajera y odio a la sensación de vértigo es una paradoja. 

Busco los audífonos y me refugio en melodías que me llenen de paz, ya sabes, la suficiente por si llegamos a ir en descenso sienta que voy hacia la gloria.

La voz del piloto, el caminar de las azafatas, la señora de al lado que parece no darse cuenta de que la alarma de su reloj suena cada 10 minutos, todo por un momento, pasa a otra dimensión. Y ahora sólo soy yo. Yo y mis audífonos y un libro de Marwan.

Me asomo por la ventana, y veo la ciudad que me parió,  y pienso lo bella que es. Vuelvo a cerrarme en mi mundo, y entre líneas leídas y melodías escuchadas, pienso en ti.

Y el cielo deja de ser cielo, y las nubes se convierten en la colcha donde mordemos los miedos y nos perpetuamos en los recuerdos. Y todo es un gran vacío, pero a quién le importa el vacío cuando se trata de ti. Por ti, amado mío, me arriesgo a ir en caída libre, a lanzarme hacia tus profundidades. Cariño, ¡Dame un paracaídas! Si he de caer en ti, al carajo si no hay música, resistirme a tu vuelo es una de las cosas que mi alma viajera no podrá evitar. Alma paradójica, ¡Maldita sea! Quiero quedarme en ti. Por primera vez, quiero estacionarme, desempacar mis maletas, pertenecer a un sitio, a tu sitio, a tus brazos, a la colcha.

Ahora, mi único deseo es viajar en tus recuerdos, que seas el eterno pasajero de mi vida.

Y nuevamente miro por la ventanilla, y las nubes se despejan y pienso: La aerolínea lo ha logrado.

MARTHA ROJAS

jueves, 23 de marzo de 2017

Interrogantes inconclusos.




"¿Qué significo para ti?" Mi pregunta diaria, mi tormento necesario. Y es que no entiendo como teniéndote a mi lado, entre besos y abrazos, sigo cuestionándome qué soy para ti. A veces me siento gloriosa, la mujer amada, la envidiada por las románticas, pero luego parece que la realidad, o al menos mis recuerdos me dicen "¡Eres nada!"

¿Por qué tan cruel pensamiento me acompaña? ¿Por qué tan sola y tan acompañada? ¡¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?! ¡Mil veces, y jodidamente ¿por qué?!. 

No quiero más perturbaciones ni inseguridades, amor mío, fuiste causa y hoy eres efecto. El efecto de un silencio profundo y abrumador que asfixió mi alma cuando a gritos clamaba tu amor, el efecto de noches continuas batallando entre mis almohadas y las lagrimas de desprecio hacia mí misma. El efecto de tu indiferencia absoluta cuando me sentía la mejor versión que en mi vida había sido, o quizás no era la indiferencia, era tu atención en lo superficial, en lo banal, en esa. Esa, que no puedo pronunciar su nombre, esa que me robó mis sueños y mis esperanzas, esa que dejaste entrar en tu vida teniéndome a mí.

Te amo, y también es cierto que te odio. Aunque, creo que miento al afirmar lo segundo, tal vez lo que odio es que lo primero sea cierto. ¡Amarte! Sabor a gloria, delirante infierno. ¡Amarte! Noches compartiendo la misma cama y los mismos sueños, para luego terminar con las manos más vacías que cuando llegué a tu vida. ¿Recuerdas cuando llegué? No sé si completa, seguramente un tanto rota, pero cariño, ¡Tú!, tú me llenaste de tanta fe en el mundo y en el amor, que me sentí en plenitud, jovial, vanidosa y coqueta. Me sentí humana, y me encontré perfectamente imperfecta cuando en tu mirada observé que los defectos embellecen el alma.

Adorarte significó encantarme por tus manías, comprenderte en tu distracción, sentirme diosa en las manos de un mortal. Adorarte, fue amar tu pasado y besar tus cicatrices, adorarte fue mi arte, mi poesía, mis canciones. Adorarte, significas ¡Tú! y cada letra de tu nombre que cambió el sentido de mi abecedario. Adorarte también, es darte las gracias, porque en noches como estas me conviertes en poeta y haces temblar mi alma, porque entre tantos por qué y en tan pocas respuestas, puedo concluir que te amo, y que entre tanto egoísmo que me enseñaste, aprendí a amarme aún más a mí.

PETER PAN